Hacía tanto tiempo que Puerto Rico
no clasificaba a las Olimpiadas en baloncesto masculino que las esperanzas eran
muy pocas de lograrlo para París 2024. La última ocasión que el país consiguió
la clasificación fue en el Preolímpico 2003 celebrado en el Coliseo Roberto
Clemente de San Juan, Puerto Rico. En aquella ocasión un José “Piculín” Ortiz
casi retirado comandó un grupo con una mezcla interesante de jóvenes y
veteranos. Siendo el torneo en casa Puerto Rico no podía fallar. Los 12
Magníficos derrotaron a Uruguay y México pero cayeron ante las selección de
Canadá y Argentina en la fase de grupos. En cuartos de final se derrotó a
Venezuela y en las semifinales se perdió ante Estados Unidos lo que envió a
Puerto Rico a luchar la clasificación ante Canadá en el partido por el tercer
lugar del torneo. Un gran partido de Piculín consiguiendo 21 puntos, 10
rebotes, 10 asistencias y 7 bloqueos llevó a nuestra selección a conseguir el
boleto olímpico para Atenas 2004. La selección compuesta por Piculín, Carlos Arroyo,
Larry Ayuso, Eddie Casiano, Bobby Joe Hatton, Rolando Hourruitiner, Sharif
Fajardo y Daniel Santiago logró hacer historia frente a su gente esa noche.
Casi 21 años después de esa gran
gesta histórica Puerto Rico volvía a tener una cita con la historia en una
situación bastante similar. Los nuestros jugarían por el pase olímpico ante su
gente en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. Antes de comenzar el
torneo se tenía la certeza de que se tendría una buena representación, pero la
presencia de selecciones como la de Italia y Lituania bajaban las esperanzas de
clasificación. Lo único que se le pedía a nuestra selección era realizar una
gran actuación y batallar en la final del torneo por ese boleto a París 2024.
Puerto Rico logró derrotar en fase de grupos a Bahréin e Italia para
enfrentarse a México en las semifinales, equipo al que también derrotaron
convincentemente. La victoria frente a Italia ya era histórica pues hacía casi
20 años que no se derrotaba un equipo europeo. Precisamente fue esa victoria la
que ponía a soñar a todo un país con volver al olimpo. Llegó el juego por el
pase y la fanaticada respondió al llamado llenando el Choliseo en apoyo a
nuestros 12 Magníficos. La atmósfera en el Coliseo era impresionante y el país
entero se paralizó para ver el partido en la televisión. Todo el mundo llegó
temprano tanto al juego como a los diferentes lugares donde se reunirían para
ver nuestra selección.
Una gran noche en colectivo donde
todos los jugadores realizaron el trabajo que se les pidió y el cuerpo técnico
fue preciso en la toma de decisiones. La selección realizó un gran trabajo en
defensa como hacía mucho tiempo no se veía. Como dijo Leo Arril “Se hizo lo
mismo que ellos le hacen a todo el mundo”. Puerto Rico jugó físico y a Lituania
no le gustó a pesar de que es así como ellos defienden. Los muchachos aceptaron
el reto y entraron en el terreno de juego defensivo de Lituania pero sin perder
la esencia en ofensiva. La buena defensa minimizó la ofensiva lituana a un
41.7% de campo y un pobre 21% de tres puntos anotando 6 en 28 intentos. Por
otro lado, Lituania nunca pudo descifrar ni detener la ofensiva boricua
especialmente de nuestros armadores. Puerto Rico anotó 51.7% de campo y 48% de
tres puntos anotando 12 en 25 intentos. Los rebotes y pérdidas eran renglones
que preocupaban para este partido, pero tanto Lituania como Puerto Rico
recogieron 31 rebotes y cometieron 12 pérdidas. Ninguno de los dos equipos
dominó ampliamente las estadísticas generales a excepción de la puntería donde
nuestra selección tuvo mejor efectividad en sus intentos.
El trabajo defensivo fue increíble y
una muestra de eso es que se limitó al mejor jugador de Lituania, Domantas
Sabonis a 10 puntos. Solo un jugador adicional a Sabonis logró anotar en doble
dígito, Rokas Jokubaitis consiguió 16 puntos. Puerto Rico por su parte tuvo una
magnífica actuación de José Alvarado con 23 puntos, 6 rebotes, 64% de campo y
66.7% de tres puntos. Su consistencia durante el torneo lo hizo merecedor del
premio a Jugador Más Valioso. Tremont Waters aportó con 18 puntos y Jordan
Howard 12 lanzando un 80% de campo. La actuación de nuestros armadores durante
el torneo demuestra que Puerto Rico tiene una de las mejores rotaciones en esta
posición en el mundo. Adicional a estos jugadores se debe resaltar el trabajo
realizado por George Conditt en la pintura en ambos lados de la cancha.
También, el gran trabajo defensivo de Chris Ortiz, Arnaldo Toro e Isaiah
Piñeiro. Tanto Arnaldo como Piñeiro demostraron un gran nivel de juego y que
son de suma importancia para las aspiraciones de este grupo. Tampoco se debe
pasar por alto la aportación de Gian Clavell que a pesar de no tener un gran
torneo logró liderar con su veteranía al conjunto y mantenerlo unido para
lograr la clasificación.
Como dato importante, Puerto Rico no permitió más de 78 puntos en ninguno de los partidos jugados durante este torneo. Sin duda nuestra selección sale de este torneo como uno de los mejores equipos defensivos que estará participando en las olimpiadas. No solamente Puerto Rico le ganó a Italia, la victoria sobre Lituania marcó dos victorias a equipos europeos en menos de una semana y sin permitirle llegar a 70 puntos. Con este resultado la Federación de Baloncesto de Puerto Rico hizo historia logrando la clasificación a las Olimpiadas tanto en la rama masculina como en la femenina. Ahora los nuestros jugarán desde el próximo 28 de julio en el Grupo C del baloncesto olímpico masculino. Este grupo está compuesto por Sudán del Sur, Serbia y Estados Unidos. El primer partido será frente a Sudán del Sur, el 31 de julio enfrentará a Serbia y el 3 de agosto a Estados Unidos.
Por:JOSEAN RAMOS
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