Los Atléticos de San Germán habían pasado muchos años
de oscuridad donde en varias ocasiones estuvieron al borde del receso. Hace dos
temporadas llegó una nueva junta, con ellos regresó a su casa la leyenda del
BSN y ex dirigente nacional Eddie Casiano. Esto junto a un núcleo joven y dos
refuerzos elites guiaron a la Cuna del Baloncesto de nuevo a una serie final.
Luego de dos temporadas consolidándose como uno de los mejores cuatro equipos
de la liga, este año se vivió una temporada igual a aquellas anteriores a la
llegada de la junta y Casiano. De llegar a una final y semifinal se eliminaron
en la fase regular.
La temporada comenzó con muchas interrogantes, dudas,
rumores y una sensación de poca comunicación de la gerencia con los fanáticos
sobre lo que estaba sucediendo. La noticia más impactante sucedió antes de
comenzar la temporada donde se anunciaba el cambio que llevó a Rondae Hollis
Jefferson a Guaynabo y le dio los derechos de Mitch Creek a San Germán. Aunque
las esperanzas de la gerencia estaban en que Creek culminara su participación
internacional y se integrara al quinteto lo más temprano en la temporada
posible, esto no sucedió. El quinteto no parecía tener un plan B y el
refuerzo en esa posición dio la impresión de que fue firmado a la carrera. Esto
se unió a la llegada tardía de Nate Mason que no era una sorpresa ya que sucedió lo mismo en la temporada anterior siendo Norris Cole quien cubrió la posición. Esta temporada la franquicia decidió firmar a Bryon Allen. La dupla para los primeros partidos de la
temporada quedó conformada por Bryon Allen y Jamarko Pickett. Los números de
estos dos jugadores no fueron malos pero no era lo que los Atléticos
necesitaban como conjunto. Allen cometía muchos errores en momentos importantes
y pensaba más en anotar que en pasar, mientras Pickett aunque es un jugador muy
atlético no fue la presencia que necesitaban en la pintura. Precisamente este
último fue reemplazado temprano en la temporada por Tony Bishop quien tampoco
logró ayudar demasiado por lo que también fue sustituido por Alize Johnson.
La llegada de Creek fue bastante tarde alcanzando a participar solamente en
cuatro desafíos. Por otra parte, Allen fue sustituido luego de catorce partidos
por Nate Mason. Aunque los números de Mason fueron aceptables era muy notable la
falta de un jugador que lo acompañara como lo hacía Jefferson para lograr el
éxito de las temporadas anteriores. En cuanto a los nativos, la inconsistencia
de jugadores como Josué Erazo, Glen Sanabria y José “Money” Rodríguez junto a
la falta de profundidad del banquillo le costó demasiado al equipo. Tambien, el escolta
Eric Ayala se integró tarde teniendo la oportunidad de jugar solamente diez
desafíos. Esta situación afectó precisamente la profundidad del equipo
especialmente en la posición de escolta. La única nota positiva de esta
temporada es la evolución del joven Antonio Gordon como jugador. A pesar de todo lo ocurrido no llegaron
cambios importantes para el futuro del equipo durante la temporada.
En análisis estadístico se refleja la inconsistencia
del quinteto anaranjado y blanco que lo llevó a la temprana eliminación. En
ofensiva tuvieron promedio de 87.9 puntos ocupando la octava posición, tanto en
rebotes como en porcentaje de tres puntos estuvieron en la séptima posición con
35.3 y 35.4%, en asistencias terminaron en la sexta posición con 19.7 y en
pérdidas de balón fueron el quinto equipo que peor cuidó el balón con 11.7 de
promedio. La defensa aguerrida que distinguía al equipo en años anteriores no
estuvo presente permitiendo 89.5 por partido para un diferencial negativo de
-1.6 entre los puntos anotados y recibidos. Permitir casi 90 puntos todas las
noches a sus contrarios demuestra los problemas de defensa durante la
temporada. Algo que
destacaba a los jugadores de San Germán eran las jugadas de esfuerzo y la
energía que demostraban dentro del tabloncillo. Todo esto no lo demostraron
durante la campaña 2024. El impacto de los refuerzos no fue el mismo de
temporadas anteriores, tampoco los nativos a excepción de Fernández y Ayala
dieron el paso al frente en la ofensiva y dependieron mucho del uno contra uno.
Cuando parecía que comenzaba una era de éxito para una
de las franquicias más longevas de la liga, el panorama cambió. La franquicia no
se preparó en las pasadas dos temporadas para mejorar su núcleo de nativos
mientras los demás quintetos subieron el nivel mejorando sus equipos. Los
Atléticos no estaban preparados para esta temporada. Para volver a tener el
éxito es notable que se necesitan cambios para reforzar el núcleo de nativos y
mantener vivo el monstruo anaranjado que despertó hace dos temporadas atrás
pero que está en peligro de dormirse nuevamente. ¿Será este el final del paraíso en la
Cuna del Baloncesto o la gerencia hará los movimientos necesarios para volver a
competir? Esta pregunta será contestada con el trabajo que realicen en la
pretemporada rumbo al 2025.
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