Leones de Ponce: un debut sin defensa y con pocas respuestas colectivas ante Mayagüez

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El esperado debut de los Leones de Ponce en la temporada 2025 del BSN terminó siendo una noche para el olvido. Los Leones iniciaron la temporada 2025 del Baloncesto Superior Nacional con una dolorosa derrota, 99-78, ante los Indios de Mayagüez en el Auditorio Juan “Pachín” Vicens. El marcador no solo refleja un mal resultado, sino también un desempeño deficiente en ambas mitades del tabloncillo, especialmente en defensa, intensidad y ejecución táctica. La escuadra ponceña fue ampliamente superada por los Indios de Mayagüez ante su propia fanaticada. Más que un revés en el estreno, lo que se vio en la cancha fue un equipo sin estructura defensiva y sin identidad colectiva.

Desde el salto inicial, los Indios impusieron su ritmo de juego. Ponce, por el contrario, nunca logró encontrar continuidad ofensiva ni estabilidad defensiva. El equipo permitió casi 100 puntos con una defensa desorganizada, sin intensidad en la primera línea y sin fortaleza interior para proteger la pintura. Además, entregaron el balón en 16 ocasiones. En rebotes también fueron superados, mostrando poca presencia en los tableros.

Colectivamente, los Leones anotaron 78 puntos, con 42% de campo y 33% en triples, pero lanzaron apenas 59% desde la línea de tiros libres (10/17), desperdiciando oportunidades de mantenerse cerca en el marcador. Si bien anotaron 31 canastos de campo, la mayoría fueron producto de esfuerzos individuales, sin un flujo ofensivo sostenido. Además, permitieron 99 puntos a unos Indios que dominaron todos los aspectos del juego, tanto en eficiencia como en ritmo.

El único jugador que realmente respondió con nivel de refuerzo y dio la cara fue Erik McCree, quien lideró a Ponce con 24 puntos, 9-17 en tiros de campo y 2 triples, además de 4 rebotes y 2 tapones. McCree fue el único jugador que mostró capacidad para crear su propio tiro de forma consistente atacando desde el perímetro y finalizando cerca del aro. Su presencia ofensiva fue destacada, pero no encontró ayuda ni en el perímetro ni en la pintura. En un equipo sin cohesión, su rendimiento se diluyó en medio del caos.

El armador Frank Mason III, uno de los refuerzos más esperados de la temporada, tuvo una noche irregular. Aunque terminó con 15 puntos (7-14 FG), su control del ritmo fue deficiente no logró controlar el ritmo del juego ni organizar de manera efectiva la ofensiva colectiva. Solo repartió 2 asistencias en 29 minutos, y perdió el balón en tres ocasiones. Se vio desconectado de sus compañeros, sin establecer el juego en media cancha ni controlar el pace, una de sus principales virtudes como base. Para Ponce competir, Mason necesita convertirse en el motor ofensivo, no solo en anotador. Se espera que Mason asuma un rol protagónico y establezca un tono de liderazgo, algo que no se evidenció en el debut.

Jordan Murphy fue otro de los pocos aspectos positivos. Sumó 10 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias, además de 2 robos y 1 tapón, con 2-2 en triples. Aportó versatilidad desde la posición de ala-pívot, pero al igual que McCree, su producción fue aislada. Lo preocupante fue la falta de impacto de los veteranos y figuras establecidas en la liga. Además, Murphy fue parte del colapso defensivo de la pintura, donde Mayagüez hizo lo que quiso con Tyrell Harrison y Sam Waardenburg.

El capitán Jezreel De Jesús aportó 10 puntos en 26.9 minutos, con 44% en tiros de campo en 27 minutos, con una sola asistencia y un solo rebote, pero tuvo una actuación discreta para un jugador llamado a liderar la ofensiva boricua del equipo. No logró imponer su presencia habitual, y el equipo lució desconectado en varios tramos del partido y por momentos se vio incómodo ante la presión defensiva de los Indios. Su nivel debe subir considerablemente si los Leones quieren competir.

Otro aspecto preocupante fue la falta de aporte del banco. De los 13 jugadores que vieron acción, 7 no anotaron y solo 2 superaron los 5 puntos. Jared Ruiz anotó 9 puntos en 19 minutos (4-7 FG) con buena eficiencia (57%), pero no sumó en rebotes o asistencias. Carlos “Yao” López jugó 17 minutos con solo 2 puntos, sin rebotes registrados y un +/- de -14, algo muy preocupante para un pívot titular. Otros jugadores como Johned Walker, Francis Han, Paris Bass, y los juveniles Kenneth Santos, Luis González, y Tyler Hawkins no lograron establecerse en el juego ni modificar la inercia negativa del equipo, no tuvieron impacto alguno, sumando minutos vacíos sin producción ni defensa.

En defensa, los Leones fueron superados física y tácticamente. Permitieron 99 puntos, incluyendo 11 triples, y fueron dominados en el rebote. No lograron detener las penetraciones de Milton Doyle y Jorge Pacheco, ni contener el pick and roll ejecutado por Tyrell Harrison y Sam Waardenburg. El equipo mostró desconexión en las rotaciones, poca ayuda en el perímetro y escasa comunicación colectiva. El equipo lució improvisado, algo que resulta especialmente preocupante considerando que varios de sus jugadores llevan años en la liga y bajo el mismo núcleo técnico.

Más allá del marcador, lo que más preocupa es la falta de identidad en ambos lados del balón. El conjunto ponceño lució improvisado, sin cohesión ni claridad en su rotación, y sin intensidad defensiva. Los Leones tienen nombres, pero no mostraron juego de conjunto. Si bien es temprano en la temporada, la caída fue contundente y expone áreas de preocupación estructural que deben corregirse de inmediato si quieren competir en una liga tan reñida como el BSN.

Más allá del marcador, este partido dejó varias preguntas sin responder: ¿Cuál es el plan ofensivo de Ponce más allá del uno contra uno? ¿Quién protege la pintura? ¿Quién establece el tono defensivo? ¿Dónde están las voces de liderazgo? Si bien es solo el primer partido, la derrota no fue solo en el resultado, fue también en actitud, estructura y energía.

Con jugadores de calidad como McCree, Mason y De Jesús, Ponce tiene potencial. Pero necesitan construir una identidad, definir roles claros y elevar su esfuerzo defensivo. El margen de error es pequeño, y si no reaccionan rápido, el torneo podría comenzar a escapárseles antes de encontrar su mejor versión.

La fanaticada de Ponce exige más. Y con el talento que tienen en plantilla, es justo pedir más. Pero ese talento tiene que alinearse con un sistema funcional, y ese sistema aún no ha aparecido.

Por:JOSEAN RAMOS

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